En las cuatro provincias del norte cruceño el "surazo" y la intensa lluvia de las últimas horas logró paralizar la zafra cañera y de paso el río Surutú, en la zona de Santa Fe de Yapacaní, se llevó al menos 30 hectáreas de sembradíos de mandarina. En tanto que el río Palometillas, en la parte naciente de la localidad de Caranda, volcó un ómnibus con 14 pasajeros, cuyos tripulantes que eran trabajadores de la empresa YPFB Transporte se salvaron de perder la vida.
"Parece que el chofer no calculó la intensidad del caudal y se metió nomás hasta quedar detenido, en ese momento bajó el turbión y los ocupantes salieron de prisa y el bus no pudo ser movilizado y el río lo arrastró hasta volcarlo", narró el testigo Gregorio Ocampo.
En el Surutú. Una situación adversa viven al menos unas 20 familias de la localidad de Santa Fe de Yapacaní, ubicada a 115 kilómetros de Santa Cruz, donde un turbión hizo desaparecer en menos tres horas 30 hectáreas de mandarina. En el lugar los agricultores, en una mezcla de desesperación e impotencia, empezaban a arrancar la pequeñas plantas de cítrico para que no se las lleve el río. "Estamos muy apenados, esta vez se llevó una seis hectáreas. Estamos perdiendo no solo nuestros sembradíos sino nuestras inversiones", señaló Benigna Yáñez. Para Adelina Cuéllar, las pérdidas por familia son cuantiosas. "Yo estoy perdiendo unos 30 mil dólares de inversión sin contar la tierra", apuntó.
Alto a la zafra. En medio de la preocupación reinante por las trabas a la exportación de azúcar, la lluvia paralizó completamente la zafra cañera. "Esto nos perjudica demasiado. El pequeño cañero sufre más", señaló Óscar López, ejecutivo de Unagro.
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