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lunes, 24 de agosto de 2015

El dulce y el amargo tras la vida del zafrero en Bermejo



“El caña es dulce, pero la vida del zafrero, amarga”. Es la frase que según, don Julián Apaza (52), se repite a modo de broma, en algunas faenas o en los descansos durante las largas jornadas de la cortada de caña en los campos calientes de Bermejo.

La frase no es reciente según asegura, y ha ido variando con los años, pero su sentido no ha cambiado: se refiere a las duras condiciones con las que los zafreros deben lidiar diariamente para ganarse el sustento.
Nuevamente la zafra se ha retrasado. Don Julián llegó de Culpina, Chuquisaca, hace dos meses. Allá dejó a su mujer con la que crían un par de nietos, por lo que necesita que empiece la molienda de caña para generar recursos económicos y así poder retornar. Se despierta a las tres de la mañana junto con otros 14 zafreros, que optaron por pasar todos los días a la Argentina donde trabajan como peones de las fincas, cosechando verduras.
De madrugada caminan hasta la banda del río Bermejo, para pasar al lado argentino a bordo de los “gomones”, unos botes, construidos con tablas y neumáticos de camiones inflados. Al llegar a la zona de paso, que es aledaña a la de Las Chalanas, suben a bordo y al arribar a la otra orilla caminan rumbo a la carretera más cercana, ya en la ciudad de Aguas Blancas, donde camionetas los recogen para llevarlos rumbo a las fincas.
Según la distancia, los jornaleros van llegando a sus lugares de trabajo donde se asignan las tareas. Actualmente es época de cosecha, trabajo que genera por día hasta 250 pesos argentinos que se pagan al culminar el día. Retornan a partir de las cinco de la tarde, cuando uno a uno los grupos de zafreros van apareciendo del monte y se dirigen a las riberas del río para retornar al lado boliviano de la realidad.
“Si la zafra empieza a tiempo, entonces uno no tiene que andar en estas cuestiones, pero no es así, por lo que igual hay que buscar la manera de ganarse algo, ya que uno de eso vive, del día”, expresa uno de los 14 zafreros que hoy realizan esta travesía, Antolín Tapia, cuyo carácter no coincide mucho con sus 14 años de edad. Él vino de Yunchará, zona alta de Tarija, con su tío, y al no iniciarse la zafra, también pasa a trabajar al lado argentino.
Dice que debe juntar dinero para comprar chivas lecheras, negocio en el que deposita su confianza para poder sacar a sus hermanas y a su madre adelante. Su papá fue minero, pero falleció cuando él tenía ocho años, debido a una complicación de un resfrío, y la falta de atención médica.
En Bermejo, el tema de conversación, en un taxi o en un comedor, es el inicio de la zafra. Todas las personas pueden hablar sobre el tema ya que están involucradas en alguna medida en la cadena económica que depende del sector.
Para Alberto Gareca, vicepresidente del Concejo Municipal, que proviene de una familia de cañeros, existen tres sectores que mueven la economía regional: el comercio con la Argentina, el sector de la zafra, y las entidades públicas. Explica que un 95 por ciento de los zafreros provienen de otros lugares del interior del país, generalmente de Potosí y Chuquisaca, pero también existen los que vienen de la zona alta de Tarija.
Indica que si bien el Concejo no tiene normas para el sector zafrero, la Alcaldía aporta con la puesta en funcionamiento de centros de acogida para los menores hijos de zafreros, donde se les imparte educación, además de alimentación en el periodo de la cosecha.
Sin embargo, observó que últimamente los periodos de cosecha son más cortos, y se está desaprovechado en un 50 por ciento el tiempo de cosecha. Ello implica una pérdida aproximada de un millón y medio de bolivianos por día para todos los sectores involucrados: cañeros, industriales, transporte, zafreros, alimentación, etc.
Si bien se habla de que la firma del convenio con la Gobernación agilizará el comienzo de la molienda, Gareca indicó que el punto más alto de la sacarosa en la caña se presentó en mayo, por lo que a estas alturas en la producción se tendrá mucho alcohol, reduciendo así las ganancias por la producción de azúcar.
Mientras tanto, en la Federación Sindical de Trabajadores Zafreros de la Caña de Azúcar, se difunde la noticia de que la zafra iniciará finalmente este 28 de agosto. Pero pese a esta buena noticia, el ambiente tiene todavía un sabor de desconfianza, ya que en julio escucharon algo similar y no sucedió nada.
En el lugar quedan pocas familias en comparación de las 500 que llegaron a fines de mayo del 2015, mes en el que años antes acostumbraba iniciarse la zafra. Cuentan que desde sus comunidades de origen son convocados por “jefes de grupo” que organizan cuadrillas de ocho hasta 20 trabajadores, quienes les dan el aviso para migrar cuando se confirma la fecha de zafra, pero éste año hubo al menos dos veces una “falsa alarma”. Pese a ello, nuevamente se convocará a los trabajadores y llegarán durante estos días.
Es miércoles, uno de los tres días de la semana en los que emite Radio La Voz del Zafrero, por una hora desde las cinco de la mañana. El representante de la Federación, Fausber Soraide, indica que se tiene gran audiencia, y es evidente. Los zafreros envían mensajes, y se leen en vivo comunicados para tratar de organizarse, socializando además el Decreto 20255, relativo al Reglamento del Trabajo Asalariado de los Zafreros, emitido en abril de 1983.
La meta que se plantearon es lograr un contrato de trabajo para mejorar los ingresos que se perciben, que van de 55 a 60 bolivianos por tonelada de caña cosechada, y cargada al acoplado más conocido como “paquete” donde caben hasta 20 toneladas. En las cuadrillas, existen las “cuartas”, una suerte de cargo que ocupan las mujeres en la zafra. Ellas se encargan de ayudar con la cortada y la alimentación. Es así que un hombre y una mujer jóvenes pueden cosechar de tres a cuatro toneladas por día, trabajando desde las cuatro de la madrugada hasta el mediodía, para retomar el trabajo cuando pasa el calor a eso de las cuatro de la tarde, hasta horas de la noche dependiendo de la resistencia.



Demandas irresueltas y situación del sector

Cada año existe un flujo de dos mil a tres mil familias que migran a Bermejo para la zafra, pero Soraide advierte que la mecanización del agro está llegando y va quitando el trabajo a los zafreros. La Subgobernación, hace tres años, adquirió primeramente tres máquinas cosechadoras, y se conoce que este año llegarán a cinco. A diferencia de ellos, está entidad cobra 20 bolivianos por tonelada, pero se limita solamente a terrenos planos.
Al momento, los ministerios de Trabajo y de Desarrollo Productivo y Economía Plural, la Alcaldía de Bermejo y la Subgbernación son las entidades a las que la Federación compuesta por tres sindicatos de zafreros (Marañeros, Zona Cotagaita y Zona Porcelana), envió cartas pidiendo cooperación de cada una acorde a sus competencias, pero no se tienen respuestas. Soraide cree que se debe al ambiente sui géneris que se genera por el fenómeno de la migración y la falta de organización del sector.
Se tiene proyectado realizar un censo de zafreros en la región, para lo cual estos acudirán a alguna Organización No Gubernamental (ONG) con la finalidad de conseguir recursos para tener una personería jurídica como Federación, además para confirmar que no solamente se tienen zafreros por migración, sino que muchos son bermejeños y viven en las comunidades donde hay plantaciones de caña como Campo Grande, Porcelana, Naranjitos, Playa Ancha, Trementinal, principalmente, entre las 28 que conforman Bermejo.
Mientras no reciban el reconocimiento de sus derechos, y las autoridades nacionales no hagan cumplir al menos el Decreto 20255, Soraide indicó que continuarán siendo uno de los sectores más olvidados de la sociedad, lo cual implica crecimiento de la pobreza, e incremento de migración a la Argentina. Relata que en el vecino país se debe soportar humillación y condiciones adversas, que reportan muchos de los zafreros quienes actualmente trabajan cosechando tomate, zapallo, vaina, pimentón. Ellos en ocasiones son captados por cuadrilleros y se adentran por ello más al sur.
Ahora que la zafra iniciará, los trabajadores se preparan para una temporada dura, ya que esta durará hasta octubre, cuando llegan las lluvias, que causan barro en las plantaciones. Esa condición incrementa el peligro de resbalar al cargar las “brazadas” de caña y ser aplastados, lo que el pasado año ocasionó la muerte de un zafrero, y lesiones en otros. Esos casos llegaron al Ministerio de Trabajo de Bermejo. Soraide denuncia que en esa institución no hay avance alguno.



Perspectivas de la zafra en bermejo



David Reyes, periodista Radio Paraíso
Reyes indicó que desde 1968 que se realizó la primera zafra en Bermejo, la prensa dio cobertura al tema naturalmente, pero hace tres años debido a la falta de entendimiento entre los sectores cañero y fabril, se ha generado una información de difícil seguimiento, ya que los sectores no logran una negociación efectiva. Para el periodista el problema nació con la Ley del Complejo Productivo que regula el porcentaje de participación en el producto final.

Fausber Soraide, dirigente zafrero
El dirigente indicó que las últimas gestiones realizadas apuntan a que la Federación que dirige será parte de la Confederación Nacional de Trabajadores Asalariados del Campo, denominación bajo la cual buscan acceder a mejores condiciones laborales, ya que similarmente a los trabajadores de la zafra, existen sectores en los nueve departamentos de Bolivia que se encuentran en un vacío legal, por ejemplo los cosechadores de castaña del norte amazónico.

Tabaré Itatí, guaraní llegado de Camiri
Hay personas de todas las edades y procedencias, que se quedaron en la Federación para esperar por trabajo. Un ejemplo llamativo, es encontrar a Tabaré Itatí, un hombre de 30 años que proviene de la nación Guaraní, y habla poco castellano. Vino desde Camiri con una mochila, una colcha, y dos mudas de ropa. Permanece esperando el inicio de trabajos, desde julio, sin trabajar por la limitación del idioma.

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