Inicia la migración para la zafra de azúcar en Bermejo

Delfor Burgos, alcalde de Bermejo, señaló que este lunes se tiene previsto una reunión de una comisión interinstitucional para definir qué acciones se efectuarán para atender a más de 200 niños y adolescentes en los ámbitos de salud y educación y que migran junto a sus familias por la zafra de caña de azúcar.

“Viene la gente del interior del departamento a la zafra, pero como es de la parte privada es responsabilidad netamente de cada propiedad. Nosotros como municipio vemos el tema de educación y alimentación a menores de 6 años”, informó Burgos.
Debido a que se prevé la llegada de los zafreros y sus familias en las próximas semanas al municipio de Bermejo, para este lunes 11 se tiene prevista una reunión interinstitucional, junto a la Gobernación, autoridades municipales y sectores industriales, para planificar y organizar aspectos relacionados a los campamentos y protección a los niños y adolescentes que llegan junto a sus familias para trabajar en la zafra de caña.
Adelantó que como municipio garantizará las plazas en todos los centros educativos cercanos a los campamentos zafreros. Los menores permanecen por unos seis meses en la zafra.
A partir de un convenio con los Servicios Educativos Departamentales (Seducas) del país, cuando retornan a sus lugares de origen pueden continuar con sus estudios haciéndoles valer su avance en materia curricular en los lugares de la zafra. “En acuerdo con el Seduca, cuando retornan a sus lugares de origen continúan con sus estudios” completó.
El alcalde informó que existen cuatro centros “Sentir” donde se les da alimentación a niños de 0 a seis años,
El Seguro Universal de Salud de Tarija (SUSAT) los beneficia temporalmente, es decir solo mientras dura la zafra. En la gestión 2014, en los campamentos zafreros se registraron 842 personas entre hombres, mujeres, niños, niñas y adolescentes. El alcalde señala que este servicio departamental de salud beneficia a toda la población. En años anteriores esta cifra era muy superior, pero las tecnologías de producción han reducido la necesidad de personal.
Los trabajadores rechazan esta información, afirmando que están expuestos a enfermedades endémicas y a accidentes laborales y que en muchos casos no han recibido atención médica oportuna.
Un informe 2014 de la Defensoría del Pueblo da una versión distinta: señala que en la mayoría de los casos, las y los niños dejan de estudiar al llegar a la zafra en tanto que las y los adolescentes optan por trabajar. El informe señala además que las condiciones de habitabilidad de las familias zafreras en su mayoría son precarias y de hacinamiento, los campamentos no cuentan con agua potable, no existen baños o letrinas suficientes ni lavaderos para ropa. Los niños y adolescentes duermen sobre cajones, tablas o sobre el piso, asegura.
NNUU ha identificado a la zafra de azúcar, junto a la minería y la zafra de castaña, como parte de las peores formas de explotación laboral infantil. La ley prohíbe ese trabajo, pero aún persiste.
Dirigentes del sector señalan que por lo general los zafreros no tienen contrato ni seguro de salud y menos realizan aportes para una jubilación, es decir que están desprovistos de cualquier mecanismo que les resguarde de accidentes de trabajo, mordeduras de víboras o picaduras, tan frecuentes en esas zonas.