El tiempo corre y la solución no llega a Bermejo. Si el pasado jueves se levantó el bloqueo tras ocho días de movilización por la presión social y policial, la condición era que la ministra de Desarrollo Productivo, Teresa Morales, llegara hasta la capital del triángulo sud para dar una solución, algo que hasta la fecha, no ha llegado mientras que la zafra 2014 se encuentra en el limbo.
Mientras los ingenios cruceños alistan sus máquinas para la molienda. El ingenio azucarero de Bermejo (IABSA) pende de un hilo. Los cañeros presionan al gobierno para que adquiera la mitad de las acciones del ingenio, acuerdo alcanzado en enero de 2012 tras varios días de movilización en La Paz, en la que el sector exigía a Evo Morales que cumpliera su compromiso de construir un nuevo ingenio en la ciudad. El compromiso se hizo en la campaña electoral de 2009, pero los datos técnicos posteriores demostraron que no era viable económicamente.
La zafra de 2012 dejó en la bodega casi medio millón de quintales de azúcar sin vender, que finalmente fueron exportados a Venezuela en 2013, al tiempo que empezaba lo que fue la peor cosecha de los últimos 40 años, con la caña castigada por la sequía primero y las heladas después.
Con las arcas del ingenio ya muy castigadas por las deficientes y encadenadas gestiones de los directivos, y con varios casos denunciados de desfalcos en los tribunales, la catástrofe de 2013 vino a agravar la situación financiera del ingenio, lastrado por las deudas y sin acceso a las fuentes de financiación ordinarias por la negativa de los bancos.
Una crisis preocupante
El agujero se calcula cercano a los 28 millones de dólares y las perspectivas no son buenas.
Bermejo no ha podido mecanizarse al mismo ritmo que el resto y sus costos de producción son más altos. El número de zafreros se ha reducido y además, exigen un trato más justo en los precios. Actualmente ni siquiera se ha empezado a negociar el precio con ellos. El Ministerio sugiere un contrato global por encima de los 60 bolivianos la tonelada de caña, pero los contratos suelen hacerse de manera verbal y al margen de la ley, lo que a la larga tiene consecuencias.
Por el lado de los cañeros, muchos de ellos jefes de equipo zafrero y otros muchos también accionistas de IABSA, exigen una participación cercana al 60 por ciento de la producción de caña, sistema maquila blindado por decreto, y además participación en el alcohol y otros derivados que salen del bagazo, lo cual es rechazado tajantemente por el sector industrial.
Los industriales no ven salida y tras el rechazo inicial, se ha aceptado la propuesta del Gobierno de entrar en el accionariado, sin embargo la diferencia entre oferta y demanda es grande. Los cañeros han cifrado por encima de los 68 millones de dólares el valor del ingenio. El Gobierno no está dispuesto a adquirirlo por más de 6 millones de dólares, una décima parte.
El azúcar de Bermejo es altamente apreciada en el mercado por su calidad y su capacidad de endulzamiento, sin embargo, su costo no es competitivo. El año pasado el quintal llegó a costar más de 200 bolivianos frente a los 120-130 en los que se ofrece en los ingenios cruceños.
Por otro lado, el mercado está saturado desde que con la crisis de abastecimiento de 2010 se implementaran nuevas factorías y se prohibiera la exportación. Los industriales han reclamado levantar la prohibición de exportar, mientras que los cañeros de Bermejo han amenazado con enviar toda su producción al ingenio del Tabacal, en el norte argentino, donde el producto es bien valorado.
Zafra en riesgo, Bermejo en crisis
La zafra 2014 está en riesgo, y la misma puede tener efectos perversos en la economía de la capital, cada vez más golpeada por la débil situación del peso argentino, que perjudica al comercio, la otra gran fuente económica de la ciudad. El comercio ilegal, el contrabando y el narcotráfico empiezan a ganar terreno. La pelota está en el tejado del Gobierno.
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