La lluvia persistente y la alta concentración de humedad en los cañaverales hacen que el ingreso de la maquinaria para el corte de la caña sea una tarea complicada, lo que pone en apuros a los ingenios (Aguaí y Unagro) que ya tenían listos sus calderos. Ahora deben esperar a que las condiciones climáticas mejoren.
De los tres ingenios que tenían previsto arrancar con la molienda, solo Guabirá mantiene su plan y hoy luego de la misa tradicional comenzará con la zafra 2016.
Marcelo Fraija, gerente del ingenio Unagro, sostuvo que la lluvia los está obligando a parar y a no tener una fecha precisa para el reinicio de la molienda.
“Teníamos algo de caña cortada que logramos moler entre el viernes y el domingo, pero ya nos fue imposible entrar al campo. El barro impide la cosecha de la caña así que tuvimos que parar y vamos a esperar que las condiciones mejoren para volver a los cañaverales”, indicó Fraija.
Cabe recordar que el ingenio Unagro tiene previsto producir unos 3,5 millones de quintales de azúcar.
Desde el ingenio Aguaí informaron de que según los planes de arrancar la molienda -tenían que hacerlo ayer-, tuvieron que ser modificados debido a que no pudieron ingresar al campo para realizar la cosecha de caña.
“No tenemos fecha, pero consideramos que no podremos realizar la molienda antes del 22. Todo va a depender del clima y de la humedad”, indicaron desde el departamento de comunicación de Aguaí.
La factoría Aguaí tiene prevista una producción de un millón de quintales de azúcar.
Guabirá es el que, a pesar de las malas condiciones meteorológicas, mantiene su plan original de trabajo, aunque entre el jueves y el sábado hizo vanos esfuerzos por empezar la molienda. Hoy, luego de la misa, iniciarán de manera oficial las operaciones para alcanzar una producción de tres millones de quintales de azúcar.
Expectativa
Si bien la lluvia es un inconveniente, el frío puede darles un motivo para sonreír a los empresarios azucareros, las bajas temperaturas por lo general generan una mayor producción de sacarosa en la caña, que se traduce en más azúcar.
La oferta de azúcar de los cinco ingenios de Bolivia es de 11 millones de quintales y el consumo interno en promedio llega a los 8,5 millones
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